El periodismo de
redes lo lleva a su era dorada
Por
Pekka Pekkala
El
periodismo no está en crisis. Puede que la industria de medios –y los
periodistas- lo estén, pero el periodismo en si está más bien mejorando. Este
argumento fue recientemente planteado por los documentalistas Bregtje van der Haak y los profesores de Annenberg (University of Southern California, USC) Michael
Parks y Manuel Castells en un artículo sobre “Periodismo de Redes”.
Como
lo ven estos autores, el problema es que la mayoría de los agoreros mezclan el
concepto de periodismo con el del negocio del periodismo. En su artículo, el
periodismo es definido como “la producción de información fiable y el análisis
necesario para un adecuado ejercicio de la democracia”. No se mencionan en esta
definición los términos “ganancias”, “periodistas profesionales” o “editores
tradicionales”. Solo la búsqueda de información fiable.
Cuando
los autores discutieron su publicación en Annenberg a mediados de marzo, Castels
empezó diciendo: “Este es el principio de una era dorada para el periodismo”.
La gente tiene ahora mayores opciones y mejor acceso a la información que nunca
antes para ayudar a las democracias a desempeñarse mejor. O para hacer que haya
democracia en primer lugar, como hemos visto en varias “revoluciones de
Twitter” en años recientes.
Pero
esta era dorada viene con algunas salvedades para los periodistas
tradicionales. El periodista ya no está definido por su bagaje, educación y
salario, sino por su contribución en ampliar el creciente cuerpo de información
fiable sobre el mundo. Hacer esa contribución se está haciendo cada vez más
difícil. Van der Haak predijo que “robots producirán la mayoría de las
historias básicas que veremos en los periódicos. Y mientras más se desarrolle
el periodismo automatizado, mas tendrán que especializarse los periodistas en
interpretación, análisis y narración de historias. La mera transmisión de
información no cuenta como una contribución significativa, ya que cualquiera
con un celular o con una cuenta en twitter, puede hacerlo.
Es
aquí cuando entra el poder de las redes. En el periodismo de redes, los
periodistas no están trabajando solos en sus escritorios, sino que actúan como
nodos de una red, añadiendo valor en vez de competir unos contra otros. Los
periodistas recolectan diferentes materiales de diversas fuentes y crean una
versión significativa de la historia, contribuyendo al cuerpo de la información
que ya está disponible. Con el
periodismo de redes pueden optimizar los recursos y generar sinergia, y una
nueva creatividad emergerá de este compartir. Es muy parecido a cualquier otra
industria en una sociedad de redes.
Esto
implicara dificultades para los periodistas. En un sistema de redes “poner
todos los micrófonos a una sola persona al mismo tiempo” no tiene sentido, dijo
van der Haak. En vez de enviar a todos
los periodistas a escuchar a un alcalde, las organizaciones de prensa les
harían un mejor servicio a sus lectores si confirman los hechos de su discurso
al mismo tiempo en la oficina.
Para
Michael Parks el periodismo está evolucionando mucho más rápido que los
periodistas. La habilidad más buscada en periodismo será la capacidad analítica
y la de interconectarse. Esto es lo que los autores llaman “darle sentido” o
procesamiento profesional y entendimiento de la información.
Y
es aquí donde los autores tocan su punto más controversial. Argumentan que “no
es la objetividad, sino la transparencia y la independencia lo que será vital
para que el periodismo del siglo XXI sea creíble”. La gente cuenta con
múltiples fuentes de información y están más conscientes de cómo todas la
fuentes sirven a algún interés particular. Puede ser político o financiero.
En
este ambiente, escriben los autores, “el periodismo con una perspectiva clara
es más convincente que la narrativa neutral, y hay un incremento en el valor
colocado en la voz o visión intrínseca de la historia, es decir, el punto de
vista. Esto, sin embargo, llama a un análisis basado en el reporteo, no en la
opinión o la ideología”. Y esto, de acuerdo a los autores, distinguirá al
periodismo del “desconcierto informativo” en que el mundo se ha convertido. El
periodismo de redes no es una amenaza a la calidad o la independencia de los
periodistas profesionales, sino más bien una liberación del control
corporativo. Pero requiere un cambio
radical en las mentes de los periodistas profesionales, que han sido enseñados
a determinar el valor del periodismo por la organización que lo produce, en vez
de medir el valor que tiene frente al vasto cuerpo de información que ya
tenemos en Internet.
Así
que la próxima vez que lea que “el periodismo está en crisis” y comience a
deprimirse sobre el estado en que se encuentran los medios y nuestra
democracia, asegúrese que el autor se está refiriendo realmente al periodismo,
no a la industria o a la profesión, sino al periodista actual. Porque mientras
los periodistas puedan tener su trabajo hecho a su medida, el periodismo en si
esta pujante.
Enlace a texto original (en inglés)